Llega el positivo.
¿Y ahora que?
¿Irá todo bien?
¿Con quien lo comparto?
¿Me espero a los 3 meses?
Clásico. Es esa norma no escrita que dice que mejor no lo cuentes, por si se muere, por si tienes que decidir que no sigues, por si, por si…
Haz lo que quieras. Dilo o no lo digas pero que salga de ti, de tus necesidades. Escúchate, decide y haz oídos sordos de los comentarios que hagan, porque siempre hay gente lista para lanzar sus comentarios de mierda.
Hoy os digo, aunque muchas lo sabéis, que después de 1 año de busca por fin Elora se convertirá en hermana mayor en Febrero.
Hoy entro en la semana 15, con mudanza, reforma, mudanza otra vez y un hogar incipiente lleno de chapuzas y arreglos que vamos subsanando poco a poco.
De ahí la ausencia general.
Gracias a todas las que me habéis estado apoyando incondicionalmente en esta búsqueda, gracias por celebrar este embarazo con tanta felicidad y gracias a todas las que lo seguís intentando, ojalá llegue ese positivo, ojalá lo celebremos juntas.

Este post lo escribí en Junio. Estamos en Octubre y mañana entro en la semana 26. El tiempo vuelo, pero no tanto como imaginaba después de escuchar tantas veces eso de que el segundo embarazo con otra peque en la familia todo se precipitaba mucho más rápido.
Sí que es cierto que no me «cuido» como en el primer embarazo, pero me cuido diferente. Porque es un embarazo diferente. Diferentes sensaciones, diferentes decisiones.
Está vez me he negado a realizarme la curva larga, y mientras deciden que hacer conmigo, ya me estoy haciendo una curva en casa con la tranquilidad de que he tomado la decisión de forma informada, consciente y responsable.
Mi intención es dedicarle más tiempo a este rincón, pero hoy lo dejo aquí.
Feliz, agotada, resfriada y llena de vida (nunca mejor dicho).